Nadal, Ante un Reto Mayúsculo en Londres
Por Álvaro Benito López – Brea – Periodista deportivo y colaborador en Mister Underdog
Hace unas semanas, a un compañero de profesión habitualmente bien informado tuve que recalcarle que Roland Garros no vale más que Wimbledon, Australia o US OPEN. Que a veces nos cegamos con los triunfos de Nadal desde hace lustros o los pretéritos de Moyá, Bruguera o Ferrero. Los 4 majors están muy por encima de cualquier otra cosa. Bueno, casi.
La mal llamada Copa de Maestros (‘ATP Finals’, nombre comercial) siempre ha sido el patito feo. Jugándose en pista dura e indoor, apenas ha dejado resquicio al triunfo patrio. Si estás en la treintena o eres más veterano, recordarás cómo Álex Corretja se la devolvió a Moyá en el 98 tras perder meses antes en París. Y poco más. Rafa Nadal ha llegado a las finales de 2010 (lost vs Federer) y 2013 (lost vs Djokovic). 7 años han pasado de su última final. Y 5 de la última vez que pisó las semis. Demasiado tiempo, pero la exigencia del calendario, que se juegue a final de año y la superficie han sido los detonantes de esos malos resultados.
Hay que decirlo bien alto: Rafa Nadal no es el principal favorito para ganar la Copa de Maestros. Ni el primero, ni el segundo, ni el tercero, de hecho. Dicho esto, veamos cosas positivas. El sorteo ha sido bueno, ya que no se mide en la Round Robin a ninguno de los 3 jugadores que creo que le pueden incomodar más: Novak Djokovic (al que no se podía medir por cuestiones obvias de Ranking), Alexander Zverev y Daniil Medvedev. El alemán y el ruso son temibles para Rafa en estas condiciones: pista rápida, indoor, y a 3 sets. Peor imposible. El germano, de hecho, le ganó hace unos días en París. Cuando más molestan a Nadal es cuando no le dejan entrar en juego, cuando le desactivan, y ambos lo pueden hacer a la perfección.
El número 2 debuta este domingo ante Rublev. No es un inicio cómodo, ya que el joven ruso tiene un juego muy eléctrico, pero la experiencia debería imponerse. Es clave para el balear ganar el primer partido, fundamental. A partir de aquí, Thiem y Tsitsipas serán sus rivales. El austriaco, para mí el jugador del año (Finalista en Melbourne y ganador en NYC), destila un tenis poderoso, con un despliegue físico altísimo, pero nunca se han medido en estas condiciones. En la incertidumbre, reina Rafa. Y el griego Tsitsipas, un mago de la raqueta, tiene ciertos altibajos que pueden lastrarle en los momentos clave. Además, solo ganó una vez a Nadal (fue en tierra batida) y el año pasado se midieron en Londres ganando el tenista español.
En el otro grupo, se presume una pelea cerrada a tres bandas entre Djokovic, Zverev y Medvedev, con ventaja para los dos primeros para meterse en la penúltima ronda. El serbio, casi siempre fiable, vuelve a un escenario de renombre tras unos meses muy raros: siendo el único favorito en el US OPEN, cometió un error para el recuerdo; en Roland Garros, tras mostrarse muy nervioso en algunas rondas, apenas compitió en la final; y en Viena, aseguró el número 1 para posteriormente dejarse ir. Muy raro todo. Mientras, aparece como convidado de piedra el peke Schwartzman, un pedazo de tenista cuyas características poco creo que sean útiles para que brille en Londres. El argentino, y no es detalle menor, ha subrayado que las condiciones de la pista son más lentas que en Paris-Bercy, lo que puede beneficiar a tenistas como él o Rafa.
En definitiva, motivos para estar esperanzado. Si Nadal pisa las semis, su experiencia, determinación y motivación para ganar el último gran torneo que le falta puede ser un elemento decisivo. Para Rafa, casi casi, it’s now or never.