Simeone y Pep Guardiola

Llorente, El Box to Box

Si me preguntas por dos entrenadores que exprimirían sidra de una manzana, esos son Diego Pablo Simeone y Pep Guardiola. Zidane es gestor de grupos grandes, Mourinho un ser admirablemente bipolar, pero los dos que he citado primero son mis preferidos en los que se refiere a sacar jugo de un futbolista. Han tenido sus errores, sí. Quién no olvida a Alessio Cerci (ay, Alessio), Chygrinsky (¿posiblemente el PEOR fichaje de Pep de todos los tiempos?), incluso a Lemar… Sin embargo, el porcentaje de jugadores a los que han marcado sus carreras son amplios.

Comencemos por Simeone. Dió continuidad a la idea de Gregorio Manzano (cuánto frío hacía antes de la llegada del Cholo) de retrasar a Juanfran a la posición de lateral derecho, fue clave en el crecimiento de Griezmann y está siendo fundamental en el desarrollo de Joao Felix. Pero a mí lo que más me gusta de Simeone es cuando saca rédito de jugadores que, inopinadamente, rinden en posiciones poco usuales. Tal y como comentamos en #MisterUnderdog26, Marcos Llorente es un ejemplo perfecto.

Jugaba como pivote en el Alavés y en el Real Madrid, siendo dos equipos absolutamente diferentes en el esquema y modo de juego. Nada que ver. Tuvo su momento con los blancos pero a Zidane no le entraba por los ojos. En el Atlético le hemos visto de segundo punta, aunque coincido con Adrián Blanco en resaltar que cuando parte de la posición de interior derecho en un 4-4-2 que se convierte en 4-3-3 en ataque brilla mucho. Es un jugador polivalente, un box to box en toda regla. Se hincharía en la Premier. Por suerte, le tenemos en la Liga Española. Fundamental para él que siga bien fisicamente, ya que siendo un futbolista de toque correcto, destaca por su despliegue físico y olfato.

¿Y de Guardiola qué? Aún recuerdo cuando Mascherano le dió las gracias por retrasarle a la zona de central. La verdad, nunca me gustó allí. Un tipo que juega en el eje de la zaga en un equipo como el Barcelona no puede medir 1.74m. Ahora, en el City, mueve fichas a su antojo. Un perfecto ejemplo es el de Phil Foden. Estuvo súper en el post confinamiento jugando de 9. Con lo que se cotiza el gol en el fútbol, qué necesidad de marearle poniéndole en otras posiciones. Canto más cerca del área, mejor. De interior izquierda, donde suele jugar últimamente con Pep, me gusta poco.

Zidane es caso aparte. Poco suele variar con los jugadores, experimenta lo justo. Casi siempre fiel a la vieja guardia, tira de los jugadores que le gustan. De Jovic apenas lo hace porque no le gusta, de Mariano qué decir. Reguilón, aunque aún un poco alocado en estos inicios suyos al más alto nivel, no le quería ni ver de suplente de Carvajal. Es muy suyo para estas cosas, es obvio. El único fichaje blanco en 2020, Martin Odegaarad, sigue sin despegar. Ha tenido poca continuidad y es muy joven, cierto, pero quizás también no juega donde brilló con Imanol Alguacil, en la zona del interior derecho con vistas a la mediapunta. El Madrid, habituado a jugar con un 4-3-3, lastra sus posibilidades. Es como si Alguacil entendiera mejor a Martinxo de lo que Zidane está entendiendo a Martín.

En definitiva, jugadores que podrían brillar más en otras posiciones. En la mayoría de casos, futbolistas que han hecho un traslado de equipos pequeños, donde se suele jugar para ellos, a equipos grandes, donde todo cambia. Y es que ya sabéis, el pez grande casi siempre se come al chico.