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Por Álvaro Benito López – Brea – Periodista deportivo y colaborador en Mister Underdog

Parecía inmortal, insuperable, un elegido. Que iba a hacer un pacto con el diablo para no envejecer nunca y que marcaría diferencias para siempre, pero el paso del tiempo existe para todos. Quizás habría que abrir definitivamente dos ‘melones’ en torno a Messi. Si ya no es el de antes (más obvio); y el de si ya no es el mejor jugador del mundo (más difícil de digerir). 

 

Ante el Dynamo de Kiev, Leo lo volvió a intentar pero nos dejó con la sensación de que se quedó a medias. Marcó, sí, pero lo hizo de penalti, y de jugada no anota desde julio. Mucho tiempo para un jugador que siente las miradas en su nuca desde hace 15 años y que nunca le ha afectado. Es menos decisivo que nunca, baja a recibir para entrar en contacto con el balón, pero se le nota sin chispa, sin gracia, sin alma. A sus 33 años, es normal que no desborde como antes, que no drible como antaño, que no arrolle como siempre. Eso se acepta y se asume, pero creo que el tan manido comentario de ‘es el mejor jugador del mundo’ deberíamos de modificarlo: ya no lo es, aunque tenga cualidades y fútbol para serlo. Por el bien de nuestros ojos, seas del equipo que sea, ojalá que Ronald Koeman dé con la tecla para que se ienta arropado y su luz brille de nuevo, aunque no resalte tanto como antes

 

Mientras Messi aguantaba el tirón como podía ante los ucranianos, ganando sobre la bocina (2-1), Sergio Ramos lideraba al Madrid en otra victoria sufrida, esta vez ante el Inter (3-2). El camero marcó de cabeza y lideró al equipo. Ramos es, ante todo, líder. No se arruga, no se achanta, no se exime de su responsabilidad. Pocos jugadores en la historia moderna del Madrid han generado tanto debate, han provocado tanto ruido, han derivado en tanta discusión. Tiene un carisma tan arrollador que no deja indiferente a nadie. Más allá de sus (cada vez más frecuentes) despistes en defensa, sin él el Madrid es medio Madrid. Sin él, ahí nadie pega una voz. Varane luce más con él, da salida al juego de los merengues, ordena, manda, y se suma con fluidez al ataque. Además, aún no ha renovado con los blancos en una decisión de difícil enfoque: cierto es que va camino de los 35 años y que cobra mucho, pero si vas al mercado, ¿dónde vas a encontrar a un futbolista como Ramos? Por méritos, merece una renovación que no se ciña al típico añito de ampliación que se ofrece a los jugadores que van acercándose al final de su carrera. Ramos, al fin y al cabo, no es un futbolista cualquiera.

 

El Sevilla remontó ante el Krasnodar (3-2) y el Atlético empató en Moscú (1-1) ante el Lokomotiv en un buen partido de Joao Felix, el nuevo ‘Cayetao’ (gracias mil, Darío, por tu ‘mote’ desvelado en #MisterUnderdog23). El portugués no es un jugador de nuestro tiempo, parece más bien un ‘noventero’. De físico poco poderoso, parece que tiene un fútbol muy liviano pero es maravilloso cómo entiende el juego, cómo se asocia y logra sorprendernos. Tiempo al tiempo, pues. Estamos asistiendo al desarrollo de un futbolista imperial.