Por Álvaro Benito López – Brea – Periodista deportivo y colaborador en Mister Underdog
Qué ganas tenemos de que llegue la Copa de Maestros y veamos de nuevo en liza al Big2 de la actualidad, Novak Djokovic y Rafa Nadal. Ambos no se citan desde la final de Roland Garros, han pasado poco más de dos semanas, pero ya tenemos hambre de cracks. Habrá quien se moleste al no incluir a Roger Federer, pero es que el suizo está recuperándose de una lesión importante y volverá para el Open de Australia.
Dicho esto, para mí el GOAT de la actualidad es Federer. El pasado lunes, en #MrUnderdog21, comparamos a tenistas con futbolistas. Si Federer es la ‘cabra’ de los tenistas, Messi es la ‘cabra’ de los futbolistas. Uno nació con un don para empuñar con más brillantez que nadie una raqueta; y el otro, para jugar con un balón. Otra que al menos para mí me resulta muy clara es colocar al mismo nivel a Rafa Nadal y a Cristiano Ronaldo. Dos profesionales como la copa de un pino. Qué ambición. Qué motivación siempre por ganar. Son como los perros de presa que hasta que no consiguen su objetivo no paran. Hambrientos sin fin.
A partir de aquí, mucha magia y muchas opciones. Djokovic y Neymar tienen más puntos en común de lo que parece. Les gusta el salseo, son disfrutones, melosones. No dejan indiferente a nadie, aunque a veces rocen el palo e incluso lo traspasen, como cuando al serbio le dio por darse una juerga eslava en el Adria Tour en verano. ¿Cómo no querer a Neymar, que festeja el pase a una final de Champions con bombos? ¿Cómo no querer a Djokovic, que tiene una personalidad arrolladora?
Hay una comparación que me fascina: Stefanos Tsitsipas-Ansu Fati. El griego es un rara avis en el tenis. Con esos andares de dios griego, tan imperfecto, tan irregular, pero a la vez tan talentoso, se escapa de los cánones habituales. La calidad se le cae de los bolsillos, tiene chispa, es diferente, como Ansu Fati, que es el fútbol de barrio aplicado al máximo nivel. Tsitsipas se ha implicado en el movimiento Black Lives Matter, algo que no todos los tenistas han hecho. Y Fati viene de una familia humilde criada en Andalucía, o lo que es lo mismo, la España multicultural del siglo XXI.
Y para acabar, quizás lo mejorcito. Vaya por delante que se nos escaparon muchos nombres el pasado lunes cuando lo comentábamos con Quintana, Alberto y Darío. Ferrer-Navas, por apariencia física, es una buena comparación. Balotelli-Kyrgios es sublime, si juntas a los dos la bomba generada es explosiva. Pero me centro en estas dos: Feliciano-Sergio Ramos y Verdasco-Jesé. Feliciano, siendo peor tenista que Ramos futbolista, tiene un gen ganador fuera de toda duda, un enorme carisma, como el del Camero. Y Verdasco, al igual que Jesé, aspiraron a tocar el cielo y se quedaron en las nubes. Dos ejemplos perfectos de lo que cuesta llegar a la élite, y luego, responder a las expectativas.
Hablando de expectativas, la semana que viene juega Nadal en el Masters 1000 de Paris-Bercy, y viendo su nivel en Roland Garros, todo puede pasar. Ojo que la temporada tenística no ha acabado y queda un buen plato fuerte para acabar: la Copa de Maestros.