Robocop Reina entre los Maestros
Por Álvaro Benito López – Brea – Periodista deportivo y colaborador en Mister Underdog
Larguirucho, destartalado, poco brillante. Sí, pero ganador de la Copa de Maestros. Un análisis ya en frío del primer gran éxito de Daniil Medvedev nos lleva irremediablemente a pensar que estamos ante uno de esos elegidos que pelearán por todo en el próximo lustro.
¿Por qué? Por su extrema mentalidad ganadora y porque consigue algo que, en el tenis actual, es muy complicado: anular por completo las destrezas del rival. Expliquémoslo.
El ruso, 24 años, ganó el sábado por primera vez a Nadal. Lo tuvo cerca el año pasado en el US OPEN y en Londres, pero el primer triunfo ante el balear llegó en las semis de las ATP Finals. Restó para permanecer con vida en el torneo y lo sacó adelante. Increíble. Y en la final, ante Thiem, le importó poco ir set abajo. Daniil obligó a Nadal a utilizar el revés cortado de manera constante, y a Thiem le descolocó en el tercer set. Conclusión: hace jugar mal a los rivales, sin saber de qué forma, te gana, sin ser especialmente brillante.
Quiero decir, a mí me resulta más atractivo de ver un encuentro de Tsitsipas, pero para ganar, me quedo con Medvedevev. Piernas infinitas, brazos inmensos, saque poderoso, revés mortal. El drive tiene un margen de mejora enorme, y en la red aún es un novato. Si no le falla el coco (y no tiene pinta), peleará por todo en los próximos años.
A la actuación de Rafa Nadal, cayendo en semis, poco se le puede echar en cara. Cierto que sirvió en el segundo set, el sábado, para cerrar el partido, lo tuvo cerca, y ahí no sacó a su mejor nivel, pero es que para ganar este torneo, creo, o se alinean los astros o lo va a tener muy difícil. Es curioso: este Nadal, hace 10 años, habría ganado alguna Copa de Maestros con casi toda seguridad. Es mucho mejor que aquél, el problema de ahora ya no es Djokovic o Federer, es que en esta pista y a 3 sets le pueden ganar un buen puñado de tenistas, y eso es jugar sin red. Ante Thiem en la fase de grupos bordó el tenis y perdió. Y el sábado lo tuvo en la mano y se le escapó. Veremos si en Turín, el año que viene, se quita esa espina que escuece ya.
Llegados ya al final de 2020, comentamos en #MisterUnderdog27 las notas de este año tan raro marcado por la pandemia. Permitidme que el sobresaliente, ex aequo, vaya para Medvedev y Thiem. Al ruso por su tramo final de curso, colosal con los triunfos en París y en Londres, más allá de las semis en el US Open. Crece con claridad Daniil. Y con la misma nota pero un poco por encima colocaría a Dominique Thiem: para mí, el jugador del año. El salto que ha dado en superficie dura ha sido asombroso: ganó a Nadal en Australia para competirle la final a Djokovic, ganó el US Open, falló en Roland Garros pero de nuevo llegó a la final en Londres. Es un tenista que te entra por los ojos, da gusto verle jugar. Eso sí, es un tenista que depende mucho de su físico: su despliegue es tan extremo que, a poco que baje, tendrá problemas.
Notable para Nadal. Qué menos tras ganar su 13º Roland Garros. El resto, Australia y Londres, lo compitió, que es lo que se le debe exigir. No jugó US Open. Está con los mejores a sus 34 años, los mira de tú a tú. Ojalá en 2021 pueda seguir teniendo opciones en todos los torneos.
El aprobado se lo lleva Novak Djokovic. No tanto por números sino por sensaciones. A primeros de septiembre no había perdido ningún partido, pero lo que ha sucedido en estos últimos meses le lastra: una pérdida de los nervios injustificable ante Carreño en NYC, demasiada tensión en Roland Garros que desembocó en una final muy muy pobre ante Nadal, y sin alcanzar el nivel con los mejores en Londres. Año raro para el serbio, que a todo esto se ha visto salpicado por polémicas fuera de las pistas: desde organizar partidos con público en verano en plena pandemia, a cuestionar los 5 sets en los Grand Slams. Que se centre, le irá mejor así.
Suspenso para Tsitsipas. Quizás sea porque espero mucho de él, pero me sabe a poco que haya hecho semis en Roland Garros. Raonic le apeó en Australia y Coric en el US Open, rivales a los que ya debería de ganar con cierta suficiencia en majors. Le falta colmillo al griego, cuyo talento está fuera de toda duda, pero tiene demasiados altibajos.
Y para acabar, sin calificar, Roger Federer. Solo jugó 6 encuentros este año, en Australia, hasta que el físico le paró. Tiene ya 39 años, pero quiere volver y está evolucionando muy bien. 2021 nos debería regalar un buen año (aunque sea de despedida) del tipo más excelso que jamás ha empuñado una raqueta.