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SUPERLIGA: EL FÚTBOL QUE VIENE (AUNQUE NO SABEMOS CUÁNDO)

Por Álvaro Benito López – Brea – Periodista deportivo y colaborador en Mister Underdog

A Florentino Pérez le han dejado solo. Y es bastante injusto. Ha dado la cara y se la han partido. Ha creído en una idea, la ha (mal) comunicado y ahora la Superliga está en stand by. Y me pregunto. ¿Y Laporta? ¿Y Gil Marín? ¿Alguien les puso acaso una pistola para que se adhirieran al proyecto? Que bien se vive en un segundo plano, esperando a que el hermano mayor se lleve todas las bofetadas.

Aquí van 10 lecciones que nos ha dejado la semana más convulsa de la historia reciente en el fútbol europeo.

Una. Serán más blancos que Iniesta y tendrán la peor comida del mundo, pero fueron los fans de la cuna del fútbol los que han dejado tocado el proyecto de la Superliga. Los aficionados del Big6 inglés iniciaron la revuelta y empujaron a sus clubes con el respaldo del gobierno británico. Ni rastro de protestas significativas en España e Italia. ¿Por qué será?

Dos. Idem a lo anterior pero centrado en los futbolistas. Milner alzó la voz, Guardiola también. En las 48 horas en las que el proyecto estaba en pie de verdad, las dudas llegaron de Inglaterra. ¿Por qué casi nadie en España dijo nada? No me vale lo de Piqué, con un tuit a toro pasado. ¿Vale más no meterse en líos que ser valiente si eres un líder respetado y de vuelta de todo? Es para reflexionar.

Tres. El fútbol no es el baloncesto. Nadie se llevó las manos a la cabeza cuando hace años la Euroliga se convirtió en lo que ahora algunos quieren que sea la Superliga. Para dummies del basket, 11 de los 18 equipos participantes de la Euroliga tienen Licencia A. O sea, son fijos.

Cuatro. Dijo el presidente del Real Madrid en la SER que a gran parte de los jóvenes no les gusta el fútbol, no lo siguen. Y esa sensación es real. Tengo 35 años y de adolescente a todos nos gustaba el fútbol y todos, mejor o peor, le dábamos una patada a un balón en el recreo o en el campo de tierra. Ahora no. Ahora mejor hacerlo virtualmente o consumir otro tipo de ocio porque además el fútbol de hoy en día es más aburrido, más táctico, más previsible. Florentino ha abierto un melón muy interesante.

Cinco. Como ha dicho alguna vez Miguel Quintana en MisterUnderdog, realmente vivimos en una superliga encubierta. Lo es desde que los derechos de televisión priman notablemente a los grandes en España y derrocha millones en Inglaterra. Los que se clasifican para la Champions casi siempre son los mismos, los que juegan las semis son un puñado y muy raro tiene que ser el año donde no gana algún equipo de las grandes ligas.

Y para acabar, iluso será el que piense que Tebas y Ceferin se han disfrazado de líderes del sindicato y del amor por el fútbol de barrio. Les interesa tanto el dinero como a todos. Lo que está en juego aquí es cómo van a ser las reglas del juego a partir de ahora, y aunque la partida parece que haya acabado en jaque mate, no es así. Es solo el principio de la guerra que se avecina.

A mí me gusta el fútbol de meritocracia, pero está cambiando el deporte. Florentino ha marcado un camino y aunque le hayan partido la cara, la idea sigue y nuestros ojos verán que se ejecuta. Lo que no sé decirte es cuándo.