MUCHA FALTA, POCA DIVERSIÓN
Por Álvaro Benito López – Brea – Periodista deportivo y colaborador en Mister Underdog
Hace años Luis Aragonés llamó a hacer una gran sentada del fútbol español. Yo entonces estaba haciendo mis primeros pinitos como periodista y pensé que eso acabaría con todos encerrándonos para hablar del fútbol español y cómo mejorarlo. Por suerte, eso no fue necesario pero el Sabio de Hortaleza supo cómo alumbrar la edad de oro del fútbol español. Del Bosque lo continuó y desde que se hicieron mayores, nos quedan migajas, poco que llevarnos a la boca, y si nos ceñimos a La Liga, es bastante desolador.
Voy a ser claro: en La Liga se hacen muchas faltas porque hay partidos que son infumables, imposibles de ver sin bostezar. Algunos encuentros son la mejor publicidad para consumir otro tipo de ocio. Es la pescadilla que se muerde la cola: No hay mucha calidad pero todos los equipos son fuertes físicamente y tácticamente se mide todo. Llega un momento en el que ser diferencial es casi imposible y los equipos, que obviamente buscan su propio beneficio, no arriesgan, prefieren ser conservadores. Así sucede, que hay encuentros donde literalmente no pasa nada. Y a mayores, el ritmo lento y trotón se alimenta de una constante pérdida de tiempo con faltas.
En #MisterUnderdog45 se dieron unos datos que asustan. En España, en la pasada jornada, la media de faltas fue de 32 por partido, 12 más que en Inglaterra. Aquí van tres factores que para mí son fundamentales:
Uno. Ausencia de público. Para mí es clave. Si esto fuese balonmano, a muchos equipos les pitarían pasivo continuamente. Que no haya gente en el estadio quita presión, te evita el run run que ejerce de mirada clavada en tu nuca y que te obliga a sacar antes de banda, a pegar una carrerita tribunera, a querer exhibirte delante de tu gente… Por ejemplo: ¿alguien piensa que el Atlético, por muchas bajas que tuviera, se habría encerrado de manera tan descarada en un Metropolitano lleno de público ante el Chelsea? Para nada. Sin embargo, jugó en Bucarest sin público. El panorama cambia mucho.
Dos. Lesiones. Hay equipos que este pasado verano apenas tuvieron descanso, no hubo pretemporada como tal. Eso tiene su consecuencia en lesiones y bajos estados de forma.
Tres. Calendario de locura. Nadie ha querido ceder porque la pasta es la pasta. Aquí cada uno quiere su parte del pastel y si para ello se debe apretar a los jugadores con calendarios inhumanos, se hace. Al final, tanto partido desorienta al espectador y fatiga al profesional.
Dicho esto, reflexión que lanzo en voz alta. Los partidos más interesantes de esta temporada han tenido lugar en la Supercopa y Copa del Rey. ¿No será que especialmente a La Liga le esté faltando atractivo? Me sé de uno que no le importaría cambiar el formato de la competición…
En resúmen: la gran cantidad de faltas que se hacen en La Liga como síntoma de que algo no va bien. A ver si vamos a necesitar que alguien, de nuevo, plantee hacer una gran sentada para saber hacia dónde queremos ir.