Más Koke, Menos Beckham
Por Álvaro Benito López – Brea – Periodista deportivo y colaborador en Mister Underdog
Infravalorados. O sea, gente cuya valoración está por debajo de la estimada, que se merece más. Vale, empezamos por lo contrario: sobrevalorados. Un ejemplo claro: David Beckham.
Si una de las personas más atractivas de la faz de la tierra no hubiese tenido ese porte y en vez de inglés hubiese sido tailandés, estoy seguro que no habría tenido la carrera que ha gozado: Manchester United, Real Madrid, selección inglesa… Beckham fue un pedazo de profesional, pero más allá de tener un guante para los centros con el pie derecho, estuvo claramente sobrevalorado por el aficionado y la prensa. No fue decisivo. De hecho, para mí, no fue galáctico. Eso sí, no retiró la pierna en ningún momento. Es curioso, el futbolista con apariencia más elegante por lo que más me gustaba es por su afán de ponerse el mono de faena: no le quedaba nunca mal.
Más allá de Beckham, siento cierta querencia por elegir a ciertos jugadores box to box de la Premier como sobrevalorados. El ejemplo más palmario, Paul Pogbá. Fue la gallina de los huevos de oro pero a mí no me engaña: pura fachada, pura gaseosa.
En el contenido exclusivo de #MisterUnderdog se subrayaron un buen puñado de jugadores infravalorados. Dejadme hacer una serie de comentarios acerca de algunos de ellos:
Uno. Koke Resurrección. Totalmente de acuerdo con Miguel Quintana. Parece un veterano de la Guerra del Golfo y solo tiene 28 años. Clave para Simeone pero hasta poco antes de aparecer la pandemia, silbado por un sector del Metropolitano. Ave María Purísima. ¿Qué ha hecho Koke para merecer eso? Lo mejor de Koke es cuando no está, porque ahí se nota que no está. No es un centrocampista excesivamente fino, es un poco culón como Isco, y quizás por eso no se le valora lo suficiente. Lleva casi una década haciéndose maratones en cada partido, desde que era una promesa en el Atlético de los primeros años de Simeone, hasta estos últimos donde ha heredado el brazalete de capitán de Gabi. Un símbolo cuya figura no se embellece a diario como se debería.
Dos. Iago Aspas. Este lo he colado yo. Saldrán algunos diciendo que cuando se fue a Liverpool y Sevilla ya demostró que tenía morriña de Vigo, pero es que es un futbolista de nivel escandaloso. Uno de los jugadores con más talento puro, de chispa, de barrio, de regate, de sentido del juego, que he visto en España en la última década. Habrá que lamentar, en este caso, que Luis Enrique sea más un entrenador que un seleccionador y haya considerado que el tiempo de Aspas ya pasó. Una pena.
Tres. Fernando Pacheco. En una época de vacas flacas en la portería de la Selección, echo en falta una llamadita al portero del Alavés. La edad de oro con Casillas, Valdés y Pepe Reina ya pasó. El cancerbero del equipo vitoriano es un seguro de vida en la portería y lleva años dando muestras de ello. No creo que, por poner un ejemplo, Unai Simón sea mucho mejor que él. Cuestión de gustos.
Cuatro. Ciro Inmobile. Fue bota de oro el curso pasado pero juega en la Lazio y tiene 30 años. Seguro que si preguntas por ahí quién fue el máximo goleador la mayoría te dice que Messi o Cristiano. Es un delantero que me encanta pero tiene poco reconocimiento.
Y Cinco. Mi preferido. Heung-min Son. Nunca sale en los premios, pero es pieza clave de sus entrenadores. Tiene un handicap y es que es asiático. A los jugadores que llegan desde esa parte del mundo se les ve con un punto de desconfianza porque se presupone que son menos competitivos, más blanditos. No es el caso de Son, que está brillando y se puede hinchar con el fútbol rápido que plantea Jose Mourinho. Solo tiene 28 años. Es un diamante en sus mejores años.