KOEMAN SÍ ENTIENDE A DEMBÉLÉ
Por Álvaro Benito López – Brea – Periodista deportivo y colaborador en Mister Underdog
Con Ronald Koeman tengo fogonazos que me recuerdan a Santi Solari. El argentino, entrenador con paso discreto en el Madrid, tomó valientes decisiones que con el tiempo se han comprobado acertadas: sentó a Marcelo y a Isco. Pues con Koeman pasa algo parecido: en un Barcelona de entreguerras, con el futuro de Messi siendo el monotema de manera perenne desde hace meses, han llegado los brotes verdes.
El entrenador holandés ha hecho de la necesidad virtud. Hasta la lesión, había apostado descaradamente por Ansu Fati. A Pedri, que es cada vez más un calco de Iniesta jugando, no le conocía nadie hace un año. Mérito de Koeman en apostar por él. Mingueza es obra suya, qué decir de Araújo… pero hoy me quiero centrar en Ousmane Dembélé: un genio distraído del que el holandés está sacando jugo.
Koeman está consguiendo lo que Setién o Valverde dejaron escapar: que fluya el talento del francés. Solo tiene 23 años. 23. Mucho por delante, mucho por aprender y también por equivocarse. En su juego se han producido sobre todo tres cambios:
Uno. El cambio de posición. Siendo ambidiestro, Dembélé no cuajó en su etapa compartiendo el flanco izquierdo con Jordi Alba. Se estorbaban. Ahora juega en la derecha y yo le veo más liberado, es más decisivo, máz punzante, más peligroso. Todavía hay que comprobar que pueda establecer sinergias con Sergiño Dest, pero ya no parece el futbolista estancado de antes. Dribla, encara y demuestra que tiene gol arriba. Un diamante.
Dos. Cómo se perfila en situaciones de juego. El francés solía bajar a recibir y estorbaba más que ayudaba. Hasta no hace tanto, era un clásico verle perder balones en el centro del campo. Ahora, Koeman ha decidido potenciar sus cualidades pegándole a la banda. Ahí sí brilla, porque tiene desborde. Se asocia y entiende el juego desde ahí.
Tres. La fortaleza fisica. Al llegar a Barcelona, Dembélé era más conocido por sus retrasos en el entrenamiento y sus lesiones que por los goles. La sensación de fichaje millonario convertido en fiasco absoluto cogió fuerza. Koeman le ha devuelto la calma en un Barça de tempestades.
Con todo ello, Dembélé es hoy en día una pieza importante en el engranaje ofensivo del Barcelona. La salida de Suárez y el cambio de posición de Messi abrió muchas opciones y el francés está aprovechando su oportunidad. Cuanto más pegado a la banda y cerca del área esté, menos se diluye. Habrá que comprobar si ese crecimiento notable que ha experimentado en los últimos meses se confirma con titularidades y buenas actuaciones en los partidos decisivos que están por venir.