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ES DE TRISTES NO SER DE NEYMAR

Por Álvaro Benito López – Brea – Periodista deportivo y colaborador en Mister Underdog

El parón de invierno de la Champions se hace largo y pesado. Dos meses sin poder disfrutar de enfrentamientos con equipos europeos es mucho tiempo, pero cuando vuelve, lo hace por todo lo grande. Sin embargo, cuando la semana pasada se supo que Neymar se perdería la ida de octavos ante el Barça, la noticia me dejó un sabor amargo.

De hecho, creo que me fastidió más a mí que al propio equipo francés, que supo arreglárselas sin él y llevarse de vuelta a París un 1-4 y la consagración (por si quedaba alguna duda) de Mbappé tras su hat trick. No tengo dudas de que Neymar celebró los goles de su equipo desde casa como el que más, pero también estoy seguro de que se fue a la cama un poco mosqueado por no haber sido él la estrella de una eliminatoria que llevaba su nombre.

Una vez más, las lesiones nos han privado de disfrutar de Neymar en un partido clave. El brasileño, que seguramente sea el mejor futbolista ahora mismo del mundo atendiendo a su estado de forma, ha vuelto a caer lesionado a causa de un golpe recibido durante un partido de copa. Y lo hace en el peor momento de la temporada, justo cuando se avecinaban unos octavos de final ante su ex equipo.

Ya en 2018, el futbolista se perdió los octavos ante el Real Madrid por una fractura en el metatarsiano del pie, precisamente también por un golpe que recibió en un partido de Copa Francesa. Al año siguiente, se volvió a fracturar la misma zona, perdiéndose la eliminatoria frente al Manchester United. En 2020, llegó a jugar el partido de ida ante el Borussia Dortmund marcando incluso un gol, pero con la mala suerte de que después llegó algo llamado COVID y la temporada se suspendió por unos meses.

Hace justo una semana hablábamos en estas líneas de las consecuencias que pueden tener las lesiones en las carreras de los futbolistas, así como la importancia que podía tener en su recuperación el apoyo psicológico y el compromiso del jugador. Sin embargo, cuando del que hablamos es de Neymar, el tono adquiere un halo distinto.

Su nombre, quiera o no, va ligado siempre al debate. Que si su lesión coincide siempre con el cumpleaños de su hermana, que si salió de fiesta estando lesionado, que si le falta disciplina… Otra razón también bastante recurrente es aquella que defiende que su “estilo de juego” provoca que los futbolistas le hagan entradas duras, algo a lo que él ha respondido en varias ocasiones alegando sentirse una “víctima” por la cantidad de faltas que recibe en un partido.

Y sí, puede que tenga razón y tenga derecho a sentirse una víctima. Quizás también debería aprender a gestionar con mejor cabeza este tipo de asuntos, pero bien es cierto que hasta ahora sus principales lesiones han tenido origen óseo, y ante eso no hay nada que se le pueda reprochar. Pero creo que, si hay una víctima en todo este asunto, ese es el fútbol, y por ende los espectadores, quienes nos quedamos de nuevo sin poder disfrutar del juego de Neymar en un partido clave otra vez…