CHOLO: FILIAS Y FOBIAS
Por Álvaro Benito López – Brea – Periodista deportivo y colaborador en Mister Underdog
Simeone es una bendición.
Para los Atléticos, porque les ha cambiado la vida.
Para los madridistas, porque ya tienen un rival digno en los derbis.
Para el resto, porque es un tipo que genera debate y tiene carisma, cualidad de la que carece buena parte del fútbol español.
Simeone está en el Top5 de personajes futbolísticos del Siglo XXI en España. No deja indiferente a nadie. Lo que ha hecho en el Atlético de Madrid es una obra propia, levantando a un muerto con años de historia, penurias e historias para no dormir. Lo convirtió primero en un equipo competitivo; luego, con oficio; y después, ganador.
En #MisterUnderdog39 se hizo la comparación del antes y después del Atlético con la llegada del Cholo en diciembre de 2011. Es una comparación que asusta. El Atlético llegaba de una década de transición tras los últimos años del gilismo y el descenso a Segunda. Eran los tiempos de quedar 10º en liga, aferrarse al niño Torres y ver cómo el Calderón engullía jugadores que destacaban en equipos pequeños y se encogían en la Ribera del Manzanares. Desde que llegó, el cambio fue radical: títulos casi desde el arranque y un cambio de mentalidad.
Hay pocos casos en la historia reciente del fútbol en la que una persona ha cambiado tantas cosas. Cambia la manera de jugar. Cambia el resultado de muchos partidos. Cambia el orgullo que sienten los aficionados por su propio club. ¿Guardiola cambió la historia del Barcelona? Sí, pero más por la manera de jugar. ¿Zidane cambió la historia del Real Madrid? La abrillantó, pero no la cambió. Sin embargo, Simeone, por cambiar, ha cambiado la carrera de muchos jugadores. ¿Quién sería Gabi sin el argentino? ¿Koke? ¿Costa? ¿Godín?
Un día se irá y habrá llantos por Neptuno. Lo mejor de Simeone es su legado. Cuando se vaya con sus millones a otra parte, no volverá Manzano. No volverá Musampa. No volverá Perea. Estará Fernando Torres, que tiene pinta de gran directivo. Estará Gabi, que será un pedazo de entrenador. Por qué no Juanfran, Godín, Koke cuando se retire….
Por cambiar, Simeone ha cambiado a Lemar, cuya reconversión parece obra de los dioses. Carrasco no es el mismo que se fue a China y Marcos Llorente es una creación suya. Dicho esto, también ha tenido petardazos, pero los ha asumido mostrándoles la puerta de salida. Alessio Cerci fue un fichaje nefasto, Jackson Martínez no se enteraba de nada y Mandzukic, más allá de ir al bulto, poca cosa aportaba…
Solo hay una cosa que no me gusta de él. Bueno, dos. Una, que tardó más de lo debido en cambiar la manera de jugar. Este Atlético de 2021 juega diferente que el que salió campeón en 2014 porque no tiene nada que ver. Este es más jugón, pero ya lo era hace unos años y a Simeone le costó verlo. Y dos. La ambición de puertas hacia fuera. El lema del partido a partido es muy bonito y muy realista, muy de ‘no tengo pájaros en la cabeza’, pero el Atlético, que ya era un grande en masa social, ya forma parte de la élite de Europa, no un equipo cogido con cuatro palos que sufría para meterse en Intertoto.
Se echa de menos un discurso más ambicioso, más de equipo grande, de equipo ganador, o sea, de lo que ya es en realidad sobre el terreno de juego.