
Reglas del Solitario: Características y Dinámica

¿Quién soy? Pues según mi pasaporte, soy Héctor Núñez y según lo vivido, soy periodista y marketero.
El solitario es uno de los juegos de cartas más populares de nuestro país. Cuenta con la particularidad que puede tener un único participante, de aquí procede el nombre, y no fue hasta su salto al campo digital que se convirtió en uno de los más practicados de todo el mundo, aunque su origen data de un par de siglos atrás. En este artículo de Codere detallaremos cuáles son las características de este pasatiempo, así como se tiene que desarrollar la partida paso a paso hasta lograr el objetivo final.
Objetivo del juego
El objetivo de cada partida es organizar las cartas que están desordenadas en cuatro pilas según cada palo y en orden ascendente: del as al rey. Para conseguirlo, se requiere de gran habilidad y mucha paciencia, pues solamente se deben mover y organizar los naipes en las columnas que aparecen en el tablero y alternando colores y creando secuencias de forma descendente mientras se van destapando más figuras.
Baraja de cartas
Aunque en el pasado el solitario se jugaba con la baraja española, en la actualidad la más popular y usada es la inglesa, también habitual en prácticas como el blackjack o el baccarat, dos habituales del casino. Para ello, se usan las 52 cartas y se organizan las columnas en cuatro palos: corazones, diamantes, tréboles y picas. Cada una de estas la forman 13 figuras a colocar en un orden específico.
Cantidad de jugadores
Si bien es cierto que hay modalidades que contemplan las partidas multijugador o en forma de equipo, la gran particularidad de este juego es que está diseñado en su versión original para que sea disfrutado por un solo jugador. Las normas y la estructura contemplan que sea un único participante, de ahí el nombre con el que ha sido bautizado, aunque hay torneos donde los usuarios ponen en común los tiempos y el número de movimientos realizados.
Orden y valor de las cartas
En el solitario, el valor es el mismo por todos los naipes jugados y el interés está puesto en el tiempo en el que se invierte en realizar cada uno de los desafíos. Como hemos mencionado, es habitual encontrar la baraja inglesa con sus cuatro palos y el orden que debe conseguir el jugador es el siguiente: as, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, J, Q y K.
En cambio, aunque es menos habitual, si se juega con la baraja española los palos estarán formados por las espadas, las copas, los oros y los bastos; mientras que el orden a seguir será: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, sota, caballo y rey.
Distribución de las cartas y comienzo del juego
El juego del solitario con la baraja inglesa de 52 cartas empieza, como muchos pasatiempos de esta tipología, mezclando bien los naipes. Entonces, se crearán siete pilas, colocadas de forma horizontal y en que cada una de ellas debe tener una figura más que el anterior. La de más a la izquierda inicia con una carta boca arriba y así hasta la séptima, que debe tener siete.
Es importante mencionar que el naipe superior tiene que estar destapado y a la vista, mientras que los restantes, aquellos que quedan debajo, tienen que quedar ocultados hasta que sean los primeros. La parte no repartida, algo que se conoce como reserva., se queda en un monto ubicado en la izquierda de la mesa y se pueden ir cogiendo cartas.
En la parte derecha y encima de las siete columnas, irá lo que se conoce como los cuatro cimientos o fundaciones, donde se colocarán las columnas ordenadas de forma ascendente y de cada uno de los palos: se empieza con el as y se termina con el rey. En el momento en el que están todas completadas, se termina la partida.
Mientras tanto, en las siete columnas se deben ir destapando las cartas con la finalidad de ir completando los cimientos. Para ello, los naipes se deben de organizar en forma descendente, de rey al as, e intercalando los colores negro y rojo. Si no hay movimiento posible a realizar, se puede usar la carta del montante ubicada en la parte superior izquierda o destapar una de nueva. En el caso que, por circunstancias de la partida, se quede una de las columnas vacías, esta solamente puede ser ocupada por un rey.
El solitario finaliza cuando se han organizado los cuatro cimientos o fundaciones y no hay naipes en las siete columnas. También cuando no se pueden realizar más movimientos o, lo que es lo mismo, las cartas que se tienen en reserva no pueden ser jugadas, así como tampoco las de las columnas.
En toda partida, la estrategia juega un papel fundamental y cabe mencionar dos pasos que son recomendables si se quiere hacer un buen juego. El primero es intentar destapar las cartas ocultas en las columnas lo más pronto posible para que creen más opciones de movimiento. La segunda, en cambio, es gestionar bien la reserva, pues es la única posibilidad a contemplar cuando ya no hay más pasos dentro en las columnas.
La versión más popular del solitario, a pesar de que muchas veces es conocida por este mismo nombre, realmente se llama Klondike. Se juega con un mazo de 52 cartas y siete columnas, tal y como hemos comentado, pero existen otras modalidades con algunas particularidades y que comentamos de forma breve y resumida:
- Spider: La gran característica de esta variante es que se juega con dos mazos de la baraja inglesa y se amplía el número de columnas a diez. De este modo, hay muchas más opciones de movimiento y de crear cimientos de forma más rápida al disponer dos figuras en la partida.
- Free Cell: En esta modalidad, todos los naipes de las columnas son visibles desde el principio, pues esto significa que el componente de suerte desaparece y toma más protagonismo la estrategia. Al mismo tiempo, las cuatro celdas libres pueden almacenar de forma temporal las cartas.
- Pirámide: La particularidad, como su nombre indica, es que las figuras se disponen en forma de pirámide y el objetivo es emparejar naipes que terminen sumando 13 puntos. Esto se consigue eliminando las cartas cuyos números sumen esa cantidad, como un 9 y un 4.
- Scorpion: Parte de la gracia del solitario scorpion es que las secuencias del mismo palo se tienen que realizar dentro de las columnas, por lo que no habrá en la parte superior cuatro cimientos para usar. A partir de aquí, se tienen que hacer movimientos siempre respetando el orden y el palo.
- Yukon: Parecida a la versión tradicional, cambia en la forma en la que se mueven los naipes, pues no requiere que estén en ningún orden en las columnas. Tampoco hay pilas de reserva, se juega con un mazo formado por 52 figuras y las cartas son visibles desde el principio.
El solitario es un juego perfecto para combatir los momentos de aburrimiento. Su atractivo está en que no requiere más de un jugador para poder establecer una partida y que combina a la perfección la habilidad y la suerte. Aun así, hay la presión del número de movimientos y del tiempo invertido para conseguir el objetivo, algo que sea un pasatiempo que invita a la motivación y a la autosuperación. Aunque son muchas las modalidades que han ido apareciendo en el campo virtual, la esencia es la misma: poner solución al desorden de los naipes que llenan la mesa.